Abstract:
Se calcula que al menos dos tercios de los pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular
(ACV) presentan secuelas que afectarán su independencia, su calidad de vida y requerirán rehabilitación,
la cual incluirá: la atención de un equipo multidisciplinario conformado por médicos, kinesiólogos, fonoaudiólogos, terapistas ocupacionales, nutricionistas, psicólogos, enfermeros, involucrando además al
paciente y sus cuidadores en un programa de rehabilitación progresivo y dinámico.
El objetivo es intentar alcanzar el mayor grado posible de recuperación de su estado físico, cognitivo,
emocional, social y funcional.
Dentro del equipo multidisciplinario, la Kinesiología o terapia física interviene en la atención de los
dé cits motores que se presenten, en sus diversos grados de complejidad.
La terapia física debe iniciarse lo antes posible en la medida en que el paciente se encuentre estable y
reciba la indicación médica en la Unidad de ACV.
Para cada dé cit existen una serie de test y de escalas que permiten evaluar de manera objetiva la situación del paciente y sus cambios evolutivos. Las escalas de valoración funcional son instrumentos que
nos permiten expresar los resultados de un modo objetivo y cuanti cable. Deben ser válidos, prácticos,
sencillos y estandarizados.
En Kinesiología para los pacientes con ACV utilizamos diferentes evaluaciones como la Berg Balance
Scale, Mini Best Test, goniometría, Fugl Meyer, FAC, SOT, test de 6 minutos y test de 10 metros, como ejemplos. Cada una evalúa diferentes dé cits (motricidad, movilidad, funcionalidad, equilibrio, fuerza, marcha).
La evolución del paciente con ACV la dividimos en una etapa aguda (intrahospitalaria), en la cual la kinesioterapia se inicia una vez que se logra la estabilidad clínica (hemodinámica y sistémica) del paciente.
En dicha etapa se realizan las primeras evaluaciones, y el tratamiento busca prevenir lesiones cutáneas y
complicaciones respiratorias, prevenir actitudes viciosas y lesiones de miembro superior y miembro inferior, se realizan movilizaciones pasivas/asistidas, enseñanza de transferencias y automovilización, estimulación del equilibrio en posición sedente, siempre de acuerdo a la capacidad del paciente. Encontramos
también dé cits perceptivo sensoriales que determinan trastornos en el esquema corporal y la postura.
Además, en la etapa aguda, y por protocolo, todos los pacientes reciben una evaluación y/o screening
para detectar disfagia y determinar si es posible iniciar dieta oral y bajo qué características y cuidados. En
esta etapa una gran cantidad de pacientes presenta algún signo de disfagia que la mayoría recupera a corto
y/o mediano plazo.
Luego encontramos la segunda etapa subaguda y crónica poshospitalaria que se realizará con el paciente internado en el centro de rehabilitación, o bajo el modo hospital de día, terapia ambulatoria o
atención domiciliaria según el caso y diferentes factores, que llevan al médico siatra a determinar el lugar
y modo de las diversas terapias.
En esta etapa es necesario utilizar las escalas de evaluación de manera inicial y en forma periódica para cuanti car la evolución de la recuperación y determinar sobre qué aspectos especí cos debe enfocarse el tratamiento.
Como líneas generales se trabaja sobre la rehabilitación motora de los miembros superiores a través de
diversas técnicas manuales y de sioterapia (FES) buscando la estimulación del movimiento voluntario y
la prevención de lesiones en hombros y contracturas en la exión de las articulaciones por espasticidad.
Rehabilitación motora de miembros inferiores y de la marcha, rehabilitación del equilibrio, pro laxis
de caídas, estimulación somato sensorial y elección del equipamiento necesario, ya sea férulas para miembros superiores e inferiores, ayuda para la marcha o silla de ruedas.
Se cuenta para dichos objetivos con numerosas técnicas kinésicas y equipamiento tecnológico que
aplicadas en modo intensivo-repetitivo, logran mejorar la funcionalidad e independencia de los pacientes.
Las escalas de evaluación funcional y test nos darán información objetiva de los grados de recuperación
en las diversas funciones sensorio-motrices. También es importante tener en cuenta que parte de la recuperación observada se atribuye a los efectos de la neuroplasticidad.
Entre los factores que in uyen en el éxito o el mejor pronóstico de la terapia kinésica y en la reducción
de las secuelas motoras se consideran: edad, sexo, sitio de la lesión, deterioro motor inicial, potenciales
evocados motores, potenciales evocados somato sensoriales, siendo el deterioro motor inicial el más in uyente y que marca el pronóstico del paciente.
Si bien los objetivos de cada especialidad apuntan a nes concretos -como la movilidad de los miembros afectados, el equilibrio, la marcha independiente como en el caso de la Kinesiología-, el objetivo
general de todas las áreas apunta al retorno en lo posible a la independencia funcional, a las actividades
de la vida diaria, y a la reinserción laboral y social.