Abstract:
La afectación de la infección por SARS-CoV-2 en el personal de salud constituye un serio problema para el control
de los efectos de la pandemia. El contagio del personal de salud constituye no sólo un riesgo para los profesionales
que son contagiados; sino también, para su entorno laboral, familiar y social, constituyéndose en un “vector de
confianza” durante el período de incubación de la enfermedad. El desconocimiento de un período de contagio viral
exacto y la alta posibilidad de que pacientes totalmente asintomáticos u oligosintomáticos sean transmisores del
virus constituyen un serio problema y es uno de los factores del rápido y creciente número de infecciones.
El avance de la pandemia, su rápida aceleración y fácil propagación, el acceso del personal de salud al equipo de
protección adecuado para el manejo de pacientes portadores o con riesgo de ser portadores del virus SARS-CoV-2
es una preocupación creciente. En muchos países, los trabajadores de la salud tienen prioridad en el acceso a los
escasos equipos de protección personal (EPP), pero frecuentemente se ven en la obligación de asistir pacientes
posiblemente en períodos de contagio sin manifestación clínica.
Convertirse en vectores de esta patología es una causa de preocupación más para los trabajadores de la salud. El
hecho de que estos trabajadores deban muchas veces trabajar en varias instituciones aumenta aun más el riesgo de
transmisión, y ante el contagio se ven obligados al aislamiento total, dejando sin cobertura a sus lugares de trabajo,
obligados al contrato de nuevo personal, muchas veces sin la formación adecuada o desconociendo la metodología
de trabajo en dicho lugar con el consecuente incremento de errores en el manejo adecuado de los pacientes.
Es vital que las autoridades no vean a los trabajadores de la salud como simples peones para ser desplegados en un
campo de batalla sin el armamento adecuado para combatir la pandemia. Deben priorizar los recursos indispensables,
además del económico, y brindar no sólo las medidas de protección personal para él y para sus pacientes; sino
también, la provisión de descanso adecuado, apoyo a él y a su familia e incluso apoyo psicológico y legal que
permitan sobrellevar esta batalla con la menor cantidad de víctimas. Por cierto, uno puede adquirir los elementos
de protección en el mercado, quizá de un día para otro, pero no podrá formar personal de salud capacitado en tan
poco tiempo. La siguiente presentación intenta brindar a las autoridades y a los profesionales de la salud una visión
de las formas de protección que se hacen absolutamente necesarias, aún después del fallecimiento del paciente,
para evitar convertirse en vectores de la enfermedad y continuar trabajando como los héroes de esta pandemia. Es
absolutamente necesario comprender que protegiéndolos a ellos se protege a su entorno, a otros pacientes, a su
familia y finalmente a la comunidad, evitando así el círculo vicioso que mantiene la pandemia