Resumen:
El accidente cerebrovascular (ACV) representa la cuarta causa de muerte en Argentina y una de las
principales causas de discapacidad. La recurrencia del ACV continúa siendo elevada, llegando al 15-20%
a los 10 años del primer evento. Teniendo en cuenta que el 90% del riesgo de ACV depende de factores
modi cables, las estrategias de prevención secundarias toman un rol primordial en la atención de los
pacientes. El enfoque interdisciplinario para abordar el manejo de los factores de riesgo vascular (FRV) es
completamente necesario, teniendo en cuenta que apuntar a múltiples FRV tiene efectos aditivos.
Los principales objetivos de la prevención secundaria incluyen: el control de la hipertensión arterial
(con un objetivo <130/80 mm Hg), la dislipidemia con las diferentes estrategias farmacológicas actuales
(estatinas alta potencia/intensidad, ezetimibe e incluso inhibidores PCSK9), el manejo individualizado de
la diabetes mellitus (DM) que debe incluir las nuevas estrategias con efecto demostrado sobre MACE como
los arGLP-1, esquemas antitrombóticos enfocados a la etiología especí ca (simple o doble antiagregación, anticoagulación con AVK o DOACs), y un programa de cambios en estilo de vida que incluya cesación
tabáquica, dieta y actividad física.
Por otro lado, aunque el control de los FRV es importante para la prevención secundaria de todos los
tipos de ACV isquémico, existen estrategias especí cas para varios subtipos etiológicos especí cos (enfermedad ateroesclerótica intra/extracraneal, FA, FOP, entre otras). Como parte de la prevención secundaria,
debemos recordar que el tratamiento debe mantenerse de manera crónica y adaptarse a cada etapa de la
vida del paciente. Resulta importante establecer un control regular de los objetivos terapéuticos evaluando la adherencia al tratamiento y, si corresponde, considerar un cambio en la terapia. Por último, resulta
interesante que, pese a estas estrategias con demostrada efectividad, en las últimas dos décadas no se ha
logrado disminuir de manera signi cativa la recurrencia, introduciendo el concepto de riesgo residual. El
futuro de la prevención secundaria de los eventos vasculares está enfocado en terapéuticas que actúen
sobre el riesgo residual y sus causas subyacentes, como ateroesclerosis subclínica junto con la inflamación
sistémica y la disfunción endotelial.