Resumen:
Si bien la frecuencia. de tuberculomas en el encéfalo no es muy
grande, sobre todo en nuestro medio, (en cuatro años y medio de práctica
neuroquirúrgica, uno de nosotros, R. C., ha encontrado cinco casos
y operado tres); observaciones recientes han cambiado la corriente abstencionista
de su tratamiento, y con la ayuda de antibióticos específicos, se
puede asegurar que- la exéresis quirúrgica ha modificado el pronéstico
sombrío en favor de más satisfactorios resultados.
La era que precedió a la estreptomicina hacía a los neurocirujanos
más temerosos por los hasta entonces discutibles éxitos operatorios. Creemos
que en el presente el tratamiento quirúrgico de los tuberculomas del
encéfalo puede y debe intentarse, cuidando, eso sí, instituir lo más precozmente
posible un eficaz tratamiento con estreptomicina, de acuerdo con
principios análogos a los establecidos para el manejo de la meningitis
tuberculosa.
Por otra parte, los progresos de la técnica neuroquirúrgica han contribuido
sin duda a la mejoría de los resultados. El caso que aquí presentamos
ejemplifica la utilidad de procedimientos de abordaje como los de
Sorgo y Naffriger, que aseguran un fácil acceso a la cara superior
del cerebelo para tratar las lesiones, tuberculosas o no, allí localizadas.
De los tres casos operados, uno es el que presentamos; los otros
dos fueron supratentoriales, ambos en adultos, no fueron tratados adecuadamente
con estreptomicina y murieron.