Abstract:
El concepto de reserva cognitiva nace a partir
de frecuentes observaciones en las que no parece
haber una relación directa entre el grado de pato-
logía cerebral y la manifestación clínica de esa pa-
tología. Se ha sugerido que aspectos tales como la
escolaridad alcanzada, el tipo de ocupación des-
empeñada y el cociente intelectual influyen sobre
la forma en que el cerebro enfrenta los efectos de
una injuria cerebral; desde este punto de vista, la
reserva explicaría las diferencias.
Muchos trabajos estudiaron el vínculo entre
distintas medidas de reserva cognitiva (escolari-
dad, ocupación) y la prevalencia de la enfermedad
de Alzheimer (EA), encontrando una mayor pre-
valencia de la EA en individuos con menor nivel
educacional. Se han sugerido dos modelos para
explicar el sustrato neurofisiológico de la reserva
cognitiva. Por un lado, el término “reserva cere-
bral” hace referencia a una forma pasiva de reser-
va que toma en cuenta características propias del
individuo tales como el tamaño cerebral, el núme-
ro de neuronas o la densidad sináptica; se define
en función del daño cerebral posible de sostener
sin que se supere el umbral en el cual se hace evi-
dente la disfunción. Por otro lado, otros autores
guardan el concepto de “reserva cognitiva” para
referirse a un aspecto más activo de reserva, en el
que el sujeto enfrenta “activamente” la patología
cerebral mediante la utilización de redes neurona-
les o estrategias alternativas. En esta revisión, se
exponen los principales puntos de vista en torno
al concepto de reserva cognitiva, las hipótesis que
se postulan y las variables que intervienen.